Cucu… Os hablo desde un hueco que encontrado detrás de una piedra.. Y es que sigo escondida desde el sábadopor la noche… ¡No veáis que miedoooooooooo!
Pero bueno, empecemos por el principio. Salimos temprano y nos fuimos al Bacal, en Jayena, muy cerquita de Granada. Llegamos a la zona de acampada que está súper bien con el río al ladito. Y comenzamos con la acción con la gymkhana de agua… Montamos las tiendas y somos ya unos auténticos profesionales. Después sacamos nuestros deliciosos tappers cocinados con cariño de nuestras mamás y las compartimos  con los demás miembros de nuestro equipo. Una vez devorados, y dientes lavados,nos fuimos al río a refrescarnos y hacer juegos acuáticos.
Por la tarde, después de merendar, hicimos conocimos a los fantásticos seres que habitaban la zona, unos elfos muy simpáticos y saltarines que nos recordaron la importancia de la conservación de los árboles, su hogar. Hicimos nuestra aportación y plantamos una encina para que estuvieran más contentos. 
Cuando cayó la noche, los más valientes se atrevieron a adentrarse en el bosque para descubrir el misterio de los niños que murieron allí… Los demás, se quedaron en el campamento, todos juntitos y a salvo. Después de muchos gritos y también risas, terminamos la velada de terror y comenzamos la velada de la noche de San Juan. Una noche mágica en la que quemamos nuestros experiencias negativas del año y «sembramos» nuestros deseos según las indicaciones de una hada juguetona.
Así, soñamos tranquilitos con una nube mágica que nos rodeaba y gracias a que estábamos tan cansados que protagonizamos un concierto de ronquidos 😉
Al día siguiente, y con las energías renovadas, tuvimos nuestro esperado aerobic matutino donde le dimos marcha a nuestros «cuerpinis» con nuestros magníficos premonitores, que además se han entretenido en mojarnos durante todo el fin de semana para que estuviéramos fresquitos. Después, otra gymkhana donde mostramos nuestras dotes artísticas además de limpiar chapapote (toda la basurilla que encontramos en la zona) y a apurar nuestras neveras y chuches.
Y la acampada, llegó a su fin, no sin antes recordar todo lo buenos momentos habíamos vivido juntos y decirle a nuestros compañeros/as las cosas bonitas que sentimos por ellos y que casi nunca decimos. ¡Por mi parte, agradecer al ayuntamiento de Jayena por su colaboración, a los monitores, los premonitores, a todos aquellos que nos ayudaron en las actividades y sobretodo a los niños por su fantástica participación!
Chicos y chicas, los que habéis vivido esta experiencia genial, espero que volváis a probar el año que viene, los que os la habéis perdido, lo siento, nunca se volverá a repetir, aunque podréis vivir otra diferente y mejor en la próxima temporada. Aquí se despide vuestra reportera Verde, deseándoros que disfrutéis del verano, que no nos olvidéis y que nos veamos muy pronto. Ecobesos.